
Hoy estoy con las pilas bien cargadas...ayer paseé por la orilla del mar, me senté en la arena, y me dediqué durante un buen rato a disfrutar del sonido de las olas y las luces de los barcos y los faros a lo lejos. Hay silencios precisos y preciosos. Digo precisos porque creo que todos deberíamos de vez en cuando quedarnos un poco en silencio disfrutando de esa sensación de paz y serenidad que surge cuando nos dedicamos por unos instantes a escuchar el sonido (qué paradoja!) del silencio, sólo interrumpido por las olas que van y vienen. Y preciosos porque así son... de una belleza tremenda. Yo adoro el sonido, es más, lo necesito. Pero también necesito esos momentos de tranquilidad, y me encanta disfrutar de ellos. Poniente y su playa aquí en Gijón es un lugar perfecto para ésto. Te sientas sobre la arena, y solo te dejas llevar por esa especie de canción de cuna que es el mar ,que te mece y te hace recordar que incluso viviendo en una ciudad hay lugares donde aún puedes encontrar esa sensación de paz tan agradable.
Aunque mi blog es de cocina , y me gusta que el protagonismo absoluto sea para ella, de vez en cuando me gusta reflejar cuando la vida me sonríe, cuando vivo algo que me emociona, cuando me siento bien... Creo que esas sensaciones merecen ser plasmadas.
Quizás porque vine con las pilas cargadas del mar , me dio por ponerme manos a la obra con ésta tarta, que pienso que debe hacerse en un momento de buena inspiración, pues aunque no es difícil requiere buena disposición, ganas (que no siempre las hay aunque nos encante la repostería y talante para cocinar... pues es bastante "entretenida", lo que en cocina significa laboriosa.
Queda tan bonita una vez hecha que el esfuerzo invertido merece mucho la pena. La vi en el blog de
Pity , fabuloso blog de cocina que aprovecho a recomendaros porque sé que os encantará...está lleno de espléndidas recetas explicadas de un modo sencillo, ameno y la lectura del mismo se hace divertida, afable... me gusta visitarlo con frecuencia, así que venga haced un click y veréis lo que os encontráis...
La tarta es resultona, atractiva a la vista porque queda con esa forma de damero tan bonita, y de sabor deliciosa, al menos a mi me ha encantado. Combina el sabor del bizcocho de mantequilla y el de chocolate... perfecta combinación...y es ideal si buscas un postre que quede bien lucido.
Es muy sencilla, pero eso si , entretenida... así que si como yo estáis con las pilas cargadas porque la vida os sonríe, o simplemente os sentís creativos ...no esperéis más!!! poneos manos a la obra que seguramente os saldrá perfecta!.
Ingredientes para el bizcocho blanco:
90 grs de mantequilla en pomada.
90 grs de azúcar.
3 huevos medianos.
120 grs de harina.
1/2 cucharadita de polvo para hornear (levadura).
1 cucharada de extracto de vainilla.
Ingredientes para el bizcocho de chocolate:
Los mismos que en el anterior pero sustituiremos 30 grs de la cantidad de harina por cacao en polvo (nos quedarían 90 grs de harina y 30 grs de cacao).
Ingredientes para el glaseado de albaricoque:
3/4 de taza de mermelada de albaricoque.
2 cucharadas o 3 hojas de gelatina neutra.
Ingredientes para el ganache de chocolate:
250 grs de chocolate para postres (yo usé Nestlé).
6 cucharadas de leche.
4 cucharadas de nata líquida.
3 cucharadas de agua.
4 1/2 cucharadas de jarabe de glucosa.
Elaboración:
Comenzamos elaborando el bizcocho blanco. Para ello mezclamos la mantequilla en pomada con el azúcar y batimos hasta que blanquee. Entonces añadimos los huevos uno a uno y el extracto de vainilla.
Por último añadimos la harina tamizada junto con la levadura y batimos para que se integre bien en la masa.
Vertemos en un molde rectangular previamente enmantequillado.
Hornear (con horno precalentado a 180º) durante 20 o 25 minutos. Esperamos 5 minutos antes de desmoldar.
Continuamos elaborando el bizcocho de chocolate, siguiendo el mismo procedimiento pero con los 30 grs de cacao y los 90 grs de harina.
Mientras los bizcochos se enfrían preparamos el glaseado de albaricoque. Calentamos la mermelada en el microondas y cuando esté bien caliente le agregamos las hojas de gelatina previamente rehidratadas.
Corta los bizcochos una vez fríos en tiras lo más igualadas posible, de ésto dependerá que el resultado final sea más o menos bonito, y ve pegando unas tiras a otras usando el glaseado de albaricoque a modo de pegamento. Alterna los colores para hacer el efecto de damero.
Presiona ligeramente para que se compacte.
Para el ganache de chocolate mezclamos los ingredientes en un cazo y ponemos al baño maría hasta que se funda revolviendo con cuidado. Dejar enfriar a temperatura ambiente hasta que veamos que tiene una consistencia apta para extenderlo.
Cubre con el ganache de chocolate y deja enfriar.
Decorar al gusto.