TORTOS CON PICADILLO Y HUEVO

Me llena de orgullo presentaros éste plato, no os asustéis, que no me paso los días cocinando sin parar,ni soy una superwoman como decía mi querida Mayka de Madrid jajaja (que más quisiera yo) , lo que ocurre es que tengo montones de fotos de platos que iba haciendo cuando éste blog aún no era ni siquiera un proyecto, y ahora que ésto se ha convertido en una especie de diario me apetecía enseñaroslo!.

Se trata de un plato de aprovechamiento por doble motivo:

1- porque hay que aprovechar a hacerlo cuando se dispone de una buena materia prima, y quiero poner énfasis en ésto, ya que considero que ahí reside el noventaypico por ciento del éxito de éste plato.

2-porque es un claro ejemplo de que del cerdo se aprovecha todo... "del gochu hasta los andares" como decimos en Asturias.

Cuando digo buena materia prima me refiero a un buen picadillo de matanza casero, de esos que al freírlo huele a kilómetros de distancia, unos huevos de aldea, de esos con la yema anaranjada, fresquísimos, y una buena harina de maíz para amasar los tortos.

Ya sabéis quienes me conocéis un poco que el tipo de cocina que me gusta es aquella que no incurre en el error de dejar a un lado la sabiduría popular, sino que la asimila y parte de ella como base para elaborar platos con un guiño a la cocina actual y vanguardista ,adaptándolos a los tiempos que corren, pero siempre sin perder las raíces.

Y aunque la creatividad en la cocina es un gran valor y está fenomenal, de vez en cuando uno disfruta entregándose al placer casi "pecaminoso"de mojar un torto de maíz recién frito y crujiente en la grasilla que suelta el picadillo y en esa yema de huevo que a mí personalmente me enloquece.

Es el encanto de lo sencillo , de lo poco elaborado, del plato de "aquí te pillo, aquí te mato..."

Siempre lo digo y no me cansaré de repetirlo, éste tipo de platos son un claro ejemplo de la sabiduría que encierra la cocina popular, la tradición y la costumbre...

Como ocurre en casi todas las recetas de cocina, en cada hogar se preparan de una manera distinta, todas muy ricas seguro, y cada una con el sello personal de su autor, yo os dejo con la mía que es una de tantísimas que circulan por ahí.

Ingredientes:

(Como siempre los ingredientes van en función del número de comensales, y las cantidades aquí van dictadas por el sentido común)

Huevos (uno por persona me parece una canidad razonable teniendo en cuenta la contundencia del plato).

Picadillo (de muy buena calidad).

Unas lonchas de jamón (si es de buena calidad como siempre ésto repercutirá en el resultado final), cada cual que lo adapte a su presupuesto.

Harina de maíz.

Agua caliente (tan caliente como podais resistir).

Aceite de oliva para freír.

Sal.

Elaboración:

Empezaremos por disolver la sal en el agua caliente, y seguidamente formamos un volcán con la harina de maíz, en el cráter vamos vertiendo con cuidado el agua caliente mezclada con la sal y amasamos hasta obtener una masa homogénea y consistente. Tapamos la masa con un papel film y dejamos reposar media hora. Formamos pelotitas y las aplastamos formando así los tortos. Si queréis podéis cortarlos con un vaso o cortador para darles una forma más perfecta.Procedemos a freír los tortos en aceite abundante y caliente pero sin llegar a humear (no me seáis roñosos con el aceite, tienen que "nadar") y una vez doraditos sacamos de la sartén y los colocamos sobre papel absorbente para retirar el exceso de aceite.

En ese mismo aceite aprovechamos a freír el huevo, a gusto de cada uno, con puntilla, sin puntilla, mas hecha la yema, menos hecha, el caso es que lo disfrutéis vosotros!!.

Sacamos el huevo y lo colocamos en el plato.

Vamos con el jamón: retiramos buena parte del aceite, que cubra solo el fondo de la sartén, y ponemos las lonchas de jamón, vuelta y vuelta, solo que cambien el color.

Y por último el picadillo:en ese mismo aceite de freír el jamón ponemos el picadillo y lo salteamos a fuego vivo para que quede un poquito crujiente y suelte la grasa.Al plato.

Si sois previsores (que lo sois), tendréis unos pimientitos asados al horno, o fritos con paciencia para acompañar éste delicioso bocado.

Ya está todo!!.

Bueno, os falta lo mejor... falta mojar voluptuosamente el torto crujiente y recién frito y deshaceros literalmente de placer.

Eso sí, luego a dar una buena caminata para que el placer no "pese"tanto... ya me entendéis!!.